lunes, 31 de marzo de 2014

Cuéntame algo, lo que sea.

"- Cuéntame algo.
- ¿Algo? ¿como qué?
- Algo bonito.
- ¿Bonito como la típica historia de amor, que supera todas las adversidades habidas y por haber, y termina con un final feliz?
- No hombre, algo bonito de verdad. Como un atardecer en la playa, un cielo lleno de estrellas, un bebé sonriendo, o un helado de limón con cucurucho.
- Uf, después del helado de limón, muy difícil me lo pones...
- Vale, olvídalo.
- No te enfades.
- No me enfado.
- A ver, dame un momento que piense en algo bonito.
- No, déjalo. Tengo otra idea mucho mejor. 
- ¿Cuál?
- Hazme reír.
- ¿Que te haga reír? Pero chiquilla, ¿qué te pasa hoy?
- Nada, qué me va a pasar. Sólo quiero escuchar algo que me haga reír.
- ¿Y ya no hace falta que sea bonito?
- No, ya no hace falta.
- Pero antes sí.
- Sí, antes sí.
- ¿Y por qué antes sí y ya no?
- Pues porque hace un minuto necesitaba oír algo bonito, y ahora necesito que me hagas reír.
- Y si espero otro minuto, ¿me pedirás que te cuente algo triste?
- Nunca.
- Pero dejarás de querer que te haga reír.
- Tampoco.
- ¿Y cómo estás tan segura?
- ¿Cómo no voy a estarlo?
- En un minuto dejaste de necesitar escuchar algo bonito...
- Pero no es lo mismo.
- ¿Por qué no?
- Porque las cosas bonitas se gastan, pero la risa no.
- No te entiendo.
- Sí. Una cosa es bonita durante unos segundos. Luego tu cerebro se acostumbra a ella y al poco tiempo ya sólo te parece normal. Si piensas demasiado en ella, puede hasta que deje de gustarte. Sin embargo, yo nunca me canso de reírme.
- Pero la risa también dura unos segundos. Algo te hace gracia, te ríes, y se pasa. Se gasta igualmente.
- No es lo mismo.
- Eso ya lo has dicho.
- Es que no lo es.
- Sí lo es.
- No.
- Sí.
- Pues será que no lo es para mí. Será que las cosas que me hacen reír me dejan una huella más profunda que las que me parecen bonitas.
- Mira, en eso puedes tener razón. En lo de antes, no.
- No, claro. Tú ganas.
- Yo gano.
- Como siempre.
- Yo gano y tú sonríes. Así que gano dos veces.
- ¿Todo esto por una sonrisa?
- Todo por una sonrisa.
- ¿Y no habría sido más fácil contarme algo que me hiciese reír desde el principio?
- Y por qué iba yo a elegir la forma fácil... "